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El miedo es intrínseco a las personas. Es adaptativo pero puede llegar a ser algo patológico si nos impide hacer nuestra vida normal.

Todos hemos tenido miedo a la muerte, a la enfermedad, al peligro o incluso a determinados sentimientos o a comprometerse con algo o con alguien.

Los miedos son tan amplios como lo son las certezas y pueden convertirse en un enemigo muy fiel porque están dentro de nosotros.

Pero la falta de miedo también puede llegar a ser un problema. Llevar el riesgo al límite nos lleva a cometer imprudencias que pueden acabar de la peor de las maneras.

En el libro colectivo ‘Psicología del miedo’ dicen que “El miedo es una de las emociones universales más potentes y que más puede cambiarnos como individuos y como colectivo. Conocer sus causas, sus formas, sus efectos, sus fundamentos biológicos y psicológicos, sus usos sociales o su manejo político, es indispensable para vivir en sociedad, para defender nuestra libertad, para resistir frente a los traficantes del miedo, esos que una y otra vez llaman a nuestra puerta para ofrecernos su trato tramposo: seguridad a cambio de libertad, seguridad a cambio de derechos, pan para hoy y hambre para mañana, miedo para hoy y miedo para mañana”.

Ese es otro de los miedos con los que pueden manejarnos como sociedad desde las instituciones, partidos políticos o religiones.

El poder que tiene el miedo se puede utilizar de muchas maneras y, como todo, algo tan valioso y con tanto poder puede resultar peligroso para el ser humano. Hablábamos de que a veces usan el miedo colectivo, pero el miedo que tenemos dentro, en ocasiones puede ser más dañino.  

El miedo se define como una sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario.

El miedo pone en funcionamiento una serie de cambios en el cerebro. Esta emoción se refleja en el sistema límbico, que se encarga de regular las conductas relacionadas con la huida, la lucha y la conservación. Esto ocurre en un lapso mínimo.

Enseguida se activa la amígdala y se desencadenan varios procesos: se acelera el ritmo del metabolismo, aumenta la presión arterial, se incrementa la adrenalina, sube el nivel de glucosa en la sangre, se intensifica la tensión muscular, se dilata la pupila y se detienen las funciones no esenciales del organismo.

Además, el miedo llega incluso a alterar la percepción

Y os estaréis preguntando dónde está el límite de mis miedos.

Eso es lo que vamos a intentar entender hoy en Conexión de Tejidos. Con una psicóloga y terapeuta, que nos va a ayudar a reflexionar sobre qué hay detrás de esos miedos y sobre qué son las fobias. También vamos a hablar con una mujer que ha superado una situación que a todas nos podría parecer aterradora en la que estuvo a punto de perder la vida pero que terminó cambiando su forma de entender el mundo. Y terminaremos con una tertulia muy especial en la que hablaremos de cómo afrontamos de los miedos en nuestro día a día.