El progreso trae consigo cosas muy buenas. La cura de enfermedades, la facilidad de movimiento para las personas con alguna discapacidad e incluso aparatos que nos hacen la vida más fácil.
Pero ¿qué pasa cuando la tecnología cambia la forma en la que nos relacionamos? Nos cambia.
Todos o casi todos,somos conscientes de que la tecnología nos condiciona porque está en nuestra vida cada día, y que los smartphones o teléfonos inteligentes nos han cambiado y no hay marcha atrás.
Que ahora mismo si miras a tu alrededor verás que te rodea, te acompaña y, por supuesto, te ayuda pero que no puedes vivir sin ella. Y como con todas las relaciones de dependencia puede llegar a suponer un problema
Os planteo un viaje sin rumbo en el que volvamos a conectar con nosotros, con nuestros tejidos, y seamos conscientes de que, aunque útiles podemos vivir sin ellos. En conexión de tejidos os invitamos a que al menos, seamos conscientes de que la tecnología nos ha cambiado y que podamos, a veces, mirarnos a los ojos y ver más allá de la pantalla de un móvil, una tablet o un ordenador. Sin que por eso se les demonice o se vaya en contra de la tecnología, es solo porque a veces miramos tanto hacia los dispositivos que se nos olvida mirar dentro de nosotras mismas.
Por eso hoy en Conexión de Tejidos vamos a contar con una persona que no tiene smartphone y a la que la hemos tenido que llamar porque porque no tiene whatsapp. Es una rara excepción con la que vamos a tener el placer de conectar sin wifi. Pero también vamos a hablar con un experto en tecnología que nos va a hablar de cómo ha cambiado la forma de relacionarnos con las aplicaciones y los teléfonos inteligentes.