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Monográfico sobre inicios de la Música Electrónica y Experimental, juntas y por separado – Capítulo 1.

1 diciembre 2017
Monográfico sobre inicios de la Música Electrónica y Experimental, juntas y por separado – Capítulo 1.

Esta Semana comenzamos una serie de programas dedicados a los inicios de la música electrónica y experimental y la evolución que hubo entre ellas juntas o por separado.

La música electrónica, como bien sabeis, es aquel tipo de música que emplea para su producción e interpretación instrumentos musicales electrónicos y tecnología musical electrónica.

En general, puede distinguirse entre el sonido producido utilizando medios electromecánicos de aquel producido utilizando tecnología electrónica que también puede ser mezclada.

Hay que remontarse a principios del siglo xx para encontrar ya antecedentes claros de la música electrónica. En aquella época, los compositores en su afán de encontrar nuevas sonoridades agrandan la orquesta sinfónica al máximo e incorporan nuevos instrumentos, pero esto no bastaba.

Así, el compositor Ferruccio Busoni en su «Esbozo de una estética musical» en 1907 deja constancia del agotamiento de los instrumentos tradicionales y de la necesidad de incorporar nuevos timbres, poniendo todas sus esperanzas en los instrumentos eléctricos que entonces ya empezaban a aparecer.

Busoni no se dedicó a llevar a la práctica sus ideas pero el compositor Varése y el grupo Futurista las desarrollaron con mucho entusiasmo. Unos y otros integraron el ruido como elemento de primera importancia en la música.

En Italia, el futurismo se acercó a la estética musical en transformación desde un ángulo diferente. Una idea fuerza de la filosofía futurista era la de valorar el «ruido», así como dotar de valor artístico y expresivo a ciertos sonidos que anteriormente no habían sido considerados ni siquiera remotamente como musicales.

El «Manifiesto Técnico de la Música Futurista» de Balilla Pratella, publicado en 1911, establece que su credo es: «presentar el alma musical de las masas, de las grandes fábricas, de los trenes, de los cruceros transatlánticos, de los acorazados, de los automóviles y aeroplanos. Añadir a los grandes temas centrales del poema musical el dominio de la máquina y el victorioso reinado de la electricidad».

El 11 de marzo de 1913, el futurista Luigi Russolo publicó su manifiesto «El arte de los ruidos»

En 1914, organizó el primer concierto del «arte de los ruidos» en Milán. Para ello utilizó su Intonarumori, descrito por Russolo como «instrumentos acústico ruidistas, cuyos sonidos (aullidos, bramidos, arrastramientos, gorgoteos, etc.) eran manualmente activados y proyectados mediante vientos y megáfonos». En junio se organizaron conciertos similares en París.

Escuchamos a continuación de Luigi Russolo con su Intonarumori «Risveglio Di Una Cita» del año 1913

El dadaísmo es hilo conductor de manera total o parcial en muchos solistas o grupos de música electrónica. Su vigencia sigue siendo importante y enriquecedora.

El Dadaísmo surge con la intención de destruir todos los códigos y sistemas establecidos en el mundo del arte. Es un movimiento antiartístico, antiliterario y antipoético, ya que cuestiona la existencia del arte, la literatura y la poesía.

Se presenta como una ideología total, como una forma de vivir y como un rechazo absoluto de toda tradición o esquema anterior. Está en contra de la belleza eterna, contra la eternidad de los principios, contra las leyes de la lógica, contra la inmovilidad del pensamiento y contra lo universal.

Los dadaístas promueven un cambio, la libertad del individuo, la espontaneidad, lo inmediato, lo aleatorio, la contradicción, defienden el caos frente al orden y la imperfección frente a la perfección.

Proclaman el anti-arte de protesta, del shock, del escándalo, de la provocación, con la ayuda de medios de expresión irónico-satíricos. Se basan en lo absurdo y en lo carente de valor e introducen el caos en sus escenas, rompiendo las formas artísticas tradicionales. Se sirvieron también del montaje de fragmentos y de objetos de desecho cotidiano.

El origen del término Dadaísmo es confuso. La versión más aceptada dice que al abrir un diccionario al azar apareció la palabra dada, que significa caballito de juguete, y fue adoptada por el grupo.

El movimiento dadá nació en un café cantante de Zurich en 1916, donde se recitaban poemas.

Esta ciudad, se había convertido a partir del estallido de la Primera Guerra Mundial en un centro de refugio para emigrantes procedentes de toda Europa que querían escapar de la guerra. Allí se reunieron representantes de diversas escuelas como el expresionismo alemán, el futurismo italiano y el cubismo francés. Esto da al dadaísmo la particularidad de no ser un movimiento de rebeldía contra una escuela anterior, sino que cuestiona el concepto del arte antes de la Primera Guerra Mundial.

Hugo Ball, director de teatro y su mujer, concibieron el proyecto de crear un café literario que acogiera a todos estos artistas exiliados, el Cabaret Voltaire, que abrió sus puertas el 1 de Febrero de 1916.

Allí se congregaron Tristan Tzara, Jean Arp, Marcel Janko, Hans Richter y Richard Huelsenbeck entre otros.

La difusión del dadaísmo se debió a la publicación de la revista Dada, que gracias a ella, sus ideas se extendieron por Berlín, Colonia, París y Nueva York.

Escuchamos la pieza L’Amiral Cherce Une Maison á Louer del año 1916 interpretada precisamente por algunos de los artistas más conocidos del dadaismo, Tristan Tzara, Marcel Janko y Richard Huelsenbeck.

Volviendo al futurismo, Luigi Russolo fue un pintor futurista, compositor italiano, y autor del manifiesto «el arte de los ruidos» en 1913 tal como hemos dicho antes.

Suele ser considerado como el primer compositor de música experimental noise de la historia por sus «conciertos de ruidos» de 1913-1914, y una vez terminada la Primera Guerra Mundial, de París en 1921. También es uno de los primeros filósofos de la música electrónica.

Al comienzo de su carrera empleó una técnica divisionista, y sus temas giraban en torno a la ciudad y la civilización industrial. Entre sus obras más significativas destaca Los Relámpagos de 1909-1910. En 1910 firmó el Manifiesto Futurista y tuvo una participación activa en este grupo.

La invención de los intonarumori fue el resultado natural de las teorías musicales de Russolo expuestas ya en su manifiesto de 1913 en el que presentó sus ideas sobre el uso de los ruidos en la música y manifestaba su objetivo de controlar y hacer música con sonidos de tranvías, motores de combustión interna o el clamor de las multitudes vitoreando.

En 1921, después de la Primera guerra mundial, presentó tres controvertidos conciertos en París con música propia, de su hermano Antonio y de Nuccio Fiorda, ejecutada con una orquesta completa de 27 intonarumori y, en 1922, participó en la obra de Marinetti Il tamburo di fuoco con algunos fondos musicales hechos con los intonarumori.

En general, y a pesar que llegó a realizar pequeños conciertos-exhibiciones especiales, muy comentados, la música ruidista fue integrada en los espectáculos futuristas, esencialmente, como música de fondo (y en este sentido puede ser considerado como el precursor de la música ambiental), o bien fue incorporada a una mayor «orquesta futurista» (orquesta sinfónica más intonarumoris) para realizar música de técnica mixta (mezcla de convencional y ruidista, por fragmentos yuxtapuestos), como la que hacia su hermano Antonio, Precisamente escuchamos CORALE DEL AÑO 1921, COMPUESTA POR SU HERMANO ANTONIO RUSSOLO.

Por otra parte el periodo entre 1920 y 1930 trajo una gran riqueza de instrumentos electrónicos primitivos así como las primeras composiciones para instrumentación electrónica.

El primer instrumento, el Etherophone, fue creado por Léon Theremin entre 1919 y 1920 en Leningrad, aunque fue posteriormente renombrado como el Theremin instrumento formado por dos antenas metálicas que detectan la posición relativa de las manos del thereminista y los osciladores para controlar la frecuencia con una mano y la amplitud (volumen) con la otra.

Las señales eléctricas del theremin se amplifican y se envían a un altavoz.

Gracias al theremin se realizaron las primeras composiciones para instrumento electrónico, opuestas a aquellas realizadas por los que se dedicaban a crear sinfonías de ruidos. ESCUCHAMOS A LEON THEREMIN TOCANDO SU THEREMIN.

Otro primitivo instrumento electrónico fue el Ondes Martenot, instrumento electrónico inventado en 1928 por el compositor, ingeniero y celista francés Maurice Martenot.

El instrumento está formado por un teclado, un altavoz y un generador de baja frecuencia. Las ondas Martenot es un instrumento monofónico, es decir, que no produce notas simultáneas. ESCUCHAMOS  A MAURICE MARTENOT EN 1934 Y SU ONDAS MARTENOT

El Ondes Martenot se hizo conocido al ser utilizado en la obra Sinfonía Turangalila por Olivier Messiaen. Olivier messiaen fue un compositor, organista y ornitólogo francés. El tema que va a sonar a continuacion se titula Oraison compuesta en el año 1937 por oliver messiaen e interpretada en 1978 por Ensemble D’Ondes Martenot desde Montréal.

En 1907, justo un año después de la invención del tríodo audion, Alexander iskenderian publicó Esbozo de una Nueva Estética de la Música, que trataba sobre el uso tanto de fuentes eléctricas como de otras en la música del futuro.

Escribió sobre el futuro de las escalas microtonales en la música, posibles gracias al Dynamophone de Cahill: «solo mediante una larga y cuidadosa serie de experimentos, y un continuo entrenamiento del oído, puede hacerse este material desconocido accesible y plástico para la generación venidera, y para el arte».

Como consecuencia de este escrito, así como a través de su contacto personal, tuvo Busoni del cual hemos hablado anteriormente, un profundo efecto en multitud de músicos y compositores, especialmente en su discípulo Edgard Varèse.

Edgar Varèse (París, 22 de diciembre de 1883 – Nueva York, 6 de noviembre de 1965) fue un compositor francés, que vivió una larga etapa decisiva en Estados Unidos. Desarrolló la música concreta creada por Pierre Schaeffer.

La música de Varèse se caracteriza por enfatizar tanto timbre como ritmo, y en ella se acuñó el término de «sonido organizado» para hacer referencia a su propia estética musical. Su concepción de la música refleja una visión del «sonido como materia viva» y del «espacio musical abierto en lugar de limitado». Varèse concebía los elementos de su música en términos de «sonido de masas», comparando la organización de los mismos con el fenómeno de cristalización.

Varèse decía que para todos aquellos oídos poco experimentados y de baja condición, todo aquello que resultaba nuevo en la música era denominado ruido, por lo que planteó la pregunta: ¿Qué es la música sino una sucesión de ruidos organizados?.
A pesar de que toda su obra no dura más de tres horas, este autor ha sido reconocido como una gran influencia en la música por parte de grandes compositores de finales del siglo XX.

Varèse vislumbró un gran potencial en la utilización de medios electrónicos para la producción sonora, y su uso de estos nuevos medios electrónicos sumado al de nuevos instrumentos lo llevó a ser conocido como el «padre de la música electrónica.

Escuchamos Hyperprism del año 1923, obra breve pero original, incluso en la elección de los instrumentos: 2 de viento- madera (con una flauta doblando al flautín), 7 de viento- metal y una sección de percusión con 16 instrumentos distintos, entre los que como curiosidad destaca el tambor de cuerda “lion roar”, y la sirena.

Por entonces, con la música electrónica por fin siendo una posibilidad real gracias al desarrollo de la grabación en cinta, produjo Déserts para vientos, percusión y cinta EN 1954) y un Poème électronique en 1957-1958. La idea de poema electrónico fue crear un espacio inmersivo y plurisensorial en el que el sonido emitido por un sistema de espacialización formado por 450 altavoces colocados en diferentes lugares, dialoga con la estructura arquitectónica y con la secuencia de imágenes, ambas diseñadas por Le Corbusier.

En la realización de este innovador edificio también tuvo un importante papel el arquitecto/compositor Iannis Xenakis del que más adelante hablaremos.

ESCUCHAMOS PARTE DE DESERTS Y POEMA ELECTRÓNICO.

A continuación retrocedimos 30 años, concretamente a 1927 cuando el inventor estadounidense J. A. O’Neill desarrolló un dispositivo para la grabación que utilizaba un tipo de cinta recubierta magnéticamente.

No obstante, fue un desastre comercial. Dos años más tarde, Laurens Hammond abrió una empresa dedicada a la fabricación de instrumentos electrónicos. Comenzó a producir el Órgano Hammond, basado en los principios del Telharmonium junto a otros desarrollos como las primeras unidades de reverberación. ESCUCHAMOS A LAURENS HAMMOND Y SU HAMMOND.

Cambiando de nuevo a los inicios de la musica experimental el poeta dramaturgo y actor FRANCES ANTONIN ARTAUD fue una gran influencia dentro del teatro experimental que también tuvo mella en la música experimental.

Fue co-fundador del Théâtre Alfred Jarry en 1927, en el que produjo varias obras, incluyendo una suya, The Cenci (1935), una ilustración de su concepto de “teatro de la crueldad”.
Artaud utilizó este término para definir un nuevo teatro que debía minimizar la palabra hablada y dejarse llevar por una combinación de movimiento físico y gesto, sonidos inusuales, y eliminación de las disposiciones habituales de escenario y decorados.
Con los sentidos desorientados, el espectador se vería forzado a enfrentarse al fuero interno, a su ser esencial, despojado de su civilizada coraza.
Impedido siempre por enfermedades físicas y mentales crónicas, Artaud fue incapaz de poner sus teorías en práctica. Algunos de sus libros son: El Teatro y su Doble (1938), Van Gogh, el suicidado por la sociedad (1947), Artaud le Momo (1947) y Para acabar de una vez con el juicio de Dios (1948).
Poeta maldito en toda la acepción de la palabra, Antonin Artaud ganó en cierta manera la inmortalidad con su resistencia al mundo exterior. Lo escuchamos.

Lo que sonó a continuación es Francois Dufren. Él es conocido principalmente como un pionero en la poesía sonora.

Para terminar el capitulo uno dedicado hoy a los inicios de la música electrónica y música experimental hablamos del futurismo ruso. El futurismo ruso fue una corriente de la vanguardia rusa, relacionada con el futurismo italiano, que surgió en Rusia en los años previos a la Primera Guerra Mundial.

Suele considerarse el acto inicial del movimiento la publicación, en diciembre de 1912, del manifiesto «Bofetada al gusto del público», firmado por los componentes del grupo «Hylaea», de San Petersburgo.

No obstante, además de éste existieron contemporáneamente otros grupos futuristas, como los «ego-futuristas» de Ígor Severyanin, también de San Petersburgo, el grupo Tsentrifuga, de Moscú, que contaba entre sus miembros a Borís Pasternak, y otros muchos en ciudades como Kiev, Járkov y Odesa.

Al igual que los italianos, los futuristas rusos estaban fascinados por el dinamismo, la velocidad y la inquietud de la vida urbana moderna. Buscaron deliberadamente causar escándalo y llamar la atención anunciando que repudiaban el arte estático del pasado. Según ellos, autores como Pushkin, Tolstói y Dostoyevski debían ser «arrojados por la borda del barco de la Modernidad».

No reconocían ningún tipo de líder o mentor literario: incluso el propio Filippo Tommaso Marinetti, iniciador del futurismo en Italia, que viajó a Rusia en 1914 para hacer propaganda de su credo estético, fue abucheado por algunos futuristas rusos.

A diferencia del movimiento fundado por Marinetti, el futurismo ruso fue más literario que plástico. Aunque algunos de los principales poetas futuristas, como Mayakovski y Burliuk, eran también pintores, su interés prioritario fue siempre la literatura.

Por otro lado, artistas ya consagrados, como Mijaíl Lariónov, Natalia Goncharova y Kazimir Malévich, encontraron inspiración la refrescante imaginería de los poemas futuristas e incluso llegaron a experimentar ellos mismos con el verso.

Poetas y pintores colaboraron en producciones de carácter innovador, como la ópera futurista Victoria sobre el sol.
Victoria sobre el sol es una ópera futurista rusa que se estrenó en 1913 con música de Mijail Matiushin, libreto de Aleksei Kruchenyk en idioma transmental y diseño de escenografía y vestuario a cargo del pintor Kazimir Malévich.

Denostada en su momento, no quedan más que algunos fragmentos y bocetos de la música y el texto y de los figurines de Malévich, cuyo famoso “Cuadrado Negro” hizo su primera aparición en el estreno de esta ópera.

Terminamos este primer capítulo con un homenaje a Victoria sobre el Sol por parte de la Asociación Raras Músicas realizada en noviembre de 2013.

Raras Músicas Ensemble estuvo formada en esa ocasión por Ged Barry (saxos), Paloma Carrasco (cello), Javier G Entonado (voz, trompeta preparada), Gregorio Kazaroff (electrónica, objetos), Graciela López (voz) Christian Pérez (Contrabajo)

CON ESTE HOMENAJE NOS DESPEDIMOS HASTA EL PRÓXIMO CAPÍTULO DE INICIOS DE LA MÚSICA EXPERIMENTAL Y ELECTRÓNICA, JUNTAS O POR SEPARADO.