[Artículo publicado el 14 de marzo de 2016 en el periódico Madrid15M (@madrid15m)]

La radio libre, autogestionada y asamblearia que nació en la Acampada Sol para dar voz a los movimientos sociales que los medios de masas invisibilizaban

En mayo de 2011, muchas de nosotras estábamos en la Puerta del Sol participando en el nacimiento de ese espacio de encuentro que supuso el 15M. Enseguida tuvimos claro que había que informar sobre la acampada y sobre los procesos de diálogo y pensamiento que se estaban abriendo en las calles y plazas. Los medios de comunicación estaban silenciando las mayores movilizaciones sociales de las últimas décadas y, pocos días después, la omisión dio paso a la manipulación informativa y los montajes. Sentimos que era nuestra responsabilidad contarlo y contarnos. Necesitábamos romper el silencio.

Era evidente que había que dar voz al movimiento. Alguien dijo: “¿por qué no montamos una radio?”. Y aquella propuesta que sonaba a locura, como tantas otras cosas esos días, se hizo realidad. Así fue: Ágora Sol Radio nació del silenciamiento de los grandes medios y de la manipulación informativa. Nuestra primera emisión fue el día 12 de la Acampada Sol, el 26 de mayo de 2011. Y desde ese momento no hemos parado de emitir.

Hoy, casi 5 años después, somos conscientes de todo lo que hemos podido contar desde nuestros micros en las más de 5.000 horas de emisión en directo que llevamos acumuladas. Y nos damos cuenta de que el silenciamiento de los movimientos sociales por parte de los medios, la censura, los recortes de libertades y los montajes policiales y periodísticos nos han acompañado permanentemente en este recorrido.

Dos semanas después de comenzar nuestras emisiones estábamos sumidas en una auténtica vorágine informativa dando voz a colectivos y plataformas que nacían en cada rincón. Paralelamente, el 10 de junio de 2011, la Policía Nacional anunciaba la “desarticulación” de la cúpula de Anonymous, en uno de los montajes policiales más lamentables y risibles que se recuerdan, con su “hablamos de cúpula porque son los administradores del chat”. Esa “noticia” la recogieron todos los medios de masas, sin cuestionar su veracidad. Y nos hicieron sentir que nuestra labor era y sigue siendo importante y necesaria.

Se inauguraba así un rosario de montajes increíbles, como el famoso “¡Que soy compañero, coño!” en el Rodea al Congreso del 25 de septiembre de 2012. También son dignas de mención la muleta-espada y el tirachinas con bolas metálicas supuestamente incautados a los manifestantes de las Marchas de la Dignidad del 22M en 2014. Muy pronto supimos que aquellas fotos habían salido de archivos policiales y que eran armas incautadas en otras fechas y en asuntos no relacionados con movilizaciones sociales. Y no hablemos ya de las operaciones Pandora y Piñata o el caso de Alfon, que lleva 9 meses en prisión en régimen FIES tras ser condenado con pruebas fabricadas por la propia Policía. Y la guinda del pastel: el caso de los miembros de la compañía Títeres desde Abajo.

En este tiempo hemos sido testigos también de la aprobación de varias Leyes Mordaza: la Ley de Seguridad Ciudadana, la Ley de Seguridad Privada, la reforma del Código Penal, la firma del Pacto Antiterrorista… Todo un marco legislativo hecho a medida para acallar las protestas de la calle en aras de una supuesta seguridad.

En todos estos casos, los principales medios de comunicación han ocupado espacio en sus periódicos, radios y televisiones para repetir únicamente la versión oficial, sirviendo de correa de transmisión del poder, sin espíritu crítico, sin hacer su trabajo: informar. Y ejerciendo la peor de las censuras, la que no necesita ser impuesta, ya que no hay mejor censor que el que tiene miedo de sus propios pensamientos libres, pues contará solo lo que no le suponga un conflicto ni le obligue a cuestionar la realidad.

Este afán de manipular lo que está ocurriendo y mostrarnos una falsa realidad no responde a elaboradas conspiraciones ideológicas de los medios de comunicación. Es más sencillo: los medios ponen por delante los intereses de las juntas de accionistas (y, por ende, de los anunciantes) al derecho de información y a la defensa de la libertad de expresión.

Ésta es la triste realidad de los medios de comunicación masivos, y esto es lo que a la asamblea de Ágora Sol Radio nos hace sentir más vivos que nunca, con más ganas aún de comunicar y sentirnos libres, con fuerzas para sostener este proyecto, para seguir haciéndolo crecer y seguir contando aquello que otros medios silenciarán.

Así somos: titiriteros, payasas, oradores, saltimbanquis, soñadoras y parlanchines. Y no somos ni fantoches ni marionetas de nadie. Y, por prudencia, avisamos: no dejéis que ni las niñas ni los niños se acerquen a nosotras ni nos escuchen, porque podemos convertirlas en personas informadas, felices y libres, que empiecen a pensar por sí mismas y que esto se convierta en un despropósito de sociedad imposible de dominar. ¡Menudo caos! Somos muy peligrosas, lo confesamos. Y lo más perverso y más violento que nos caracteriza (para encerrarnos de por vida) es que somos capaces incluso de hacer que os enteréis de lo que ocurre a vuestro alrededor y que además os divirtáis a pesar de la mediocridad que nos rodea.

Seguimos informando. Sobran los motivos.