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Barrio Canino vol.152 – Políticos nefastos

6 abril 2015
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Corren tiempos ultraelectorales. Tan ultras como casi siempre pero más electorales de lo habitual. Por eso os traemos el especial musical sobre Políticos Nefastos, un choque radiofónico entre Barrio Canino y El Pasajero en Seco, uno de nuestros programas hermanos en Ágora Sol Radio.

Tenemos fiebre. Fiebre electoral, partidista, sarpullido de urna, cagalera de papeletas, vómito de carteles y dolores múltiples de promesas electorales. Fiebre de política nefasta, por culpa de nuestra memoria y de las hemerotecas.

En una noche agitada por los sueños febriles de la política nefasta retrocedemos hasta septiembre de 1973, en Santiago de Chile, con el bombardeo de La Moneda, la sede presidencial en la que fue asesinado Salvador Allende. Comienza la pesadilla con Pinochet, la caravana de la muerte de Sergio Arellano Stark, las torturas, desapariciones y todo tipo de delitos económicos. Y como rúbrica de oro, Pinochet nos dedica su burla a la justicia internacional y su pedorreta en la cara del juez Garzón tras su detención en 1998 en Londres.

Dictaduras nefastas, como la de Franco. De las pesadillas también nacen los sueños, como el de Benedicto e Bibiano, de Voces Ceibes, cuando cantaban en 1967 su «Can de Palleiro» y el público transformaba el estribillo «Abaixo a dentadura» en «Abaixo a ditadura».
Franco cayó, pero dejó su herencia nefasta.
De tal palo, tal astilla. Franco, Fraga.
La memoria folclórica recuerda a Manuel Fraga Iribarne bañándose en Palomares. Y después de lavarse la sangre de las manos con jabón de democracia, le vimos siendo aclamado por 1000 gaiteiros en la Plaza del Obradoiro. Afortunadamente también recordamos su labor desde los ministerios franquistas que ocupó, antes de que la desmemoria le convirtiese en el padre político del Partido Popular que nos gobierna en mayoría absoluta. Asesino de razones y de vidas comos las de Enrique RuanoRafael Guijarro o Julián Grimau, a quien Violeta Parra nos recuerda en su «Qué dirá el Santo Padre». Cada vez que Fraga decía aquello de ‘la calle es mía’,Cristina Cifuentes tomaba apuntes desde las filas de Alianza Popular. Muchos años más tarde, dicen los mentideros quincemayistas que un día visitó la asamblea Malasaña de incógnito, y que desde entonces tiene sueños húmedos con porras, sirenas y furgones. Es la política del miedo, la misma que llama a tu casa también sirve para mantener a Soziedad Alkoholika lejos de esta ciudad.

El jabón de democracia también le vino bien a Kur Waldheim, para limpiar su pasado como oficial nazi antes de acabar dirigiendo la ONU, para posteriormente ser presidente de su país, Austria, con el apoyo y amistad del papa Juan Pablo II. Cómo se preguntaba Lou Reed, ¿de qué hablaban estos dos personajes cuando se juntaban?.

En la Casa Blanca saben mucho de políticos nefastos. Reagan sueña con hongos nucleares pero el alzheimer le impide acordarse de para qué sirve el botón rojo que hay en la mesilla, junto a su almohada. Mientras tanto Bill Clinton hace cosas raras por debajo de la mesa, una mancha cae en su expediente, y otra en la frente de Mijail Gorbachov. Al mismo tiempoNixon vuelve a mirar a los ciudadanos a los ojos diciendo una vez más que no es un corrupto ni un ladrón, esbozando una sonrisa, mientras la mierda del Watergate le asoma irremediablemente por la comisura de los labios. Y en la habitación de al lado George Bush se atraganta con una galleta mientras habla con Dios y sueña con la guerra de papá.

El reguero de sangre que dejó la foto del trío de las Azores llega hasta Harrowdown Hill, donde se encuentra todavía caliente el cadáver del científico David Kelly, el experto en guerra biológica que presentó al gobierno británico las pruebas de que Sadam Hussein no tenía armas de destrucción masiva. Mejor le preguntamos que ocurrió al primer ministro Tony Blair, ¿se cayó o le empujaron?.

En México la cuestión de la política nefasta la representa la oligarquía política del PRI con su gobierno durante 67 años consecutivos. Y mientras en Argentina los gobiernos se quitan y se ponen al ritmo de la marcha militar que impone la Junta de Gobierno que impone la dictadura. El gobierno se limpia de militares, pero los crímenes permanecen impunes. La cal sobre los 30.000 desaparecidos permanece tan blanca como las patillas de Carlos Menemcuando firmó la ley del punto final. 

La historia pilla in fraganti a Margareth Thatcher entonando el clásico «No llores por mi Argentina», firmando los partes de guerra de las Malvinas y finiquitando el futuro de los mineros británicos mientras se baja las bragas a pedos. En nuestras fiebres de política nefasta la Thatcher muere en la guillotina, pero su alma está manchada de sangre y no encuentra el descanso hasta que se reencarna políticamente en Esperanza Aguirre. Es la posesión demoníaca más nefasta posible.

La política regional también sabe mucho de políticos nefastos. En Vitoria saludan con un huevazo en la frente Alfonso Alonso en el balcón del Ayuntamiento, en Andalucía Manuel Chaves después de 19 años de gobierno frente a la Junta de Andalucía acaba imputado por unos EREs falsos, con la de méritos que hizo con las obras del AVE y la Expo, y en CataluñaJordi Pujol mira de reojo a Marta Ferrusola… ese hijo nuestro que aún no está imputado, ¿de quién será?.

Nuestras pesadillas con políticos nefastos van a más. Un ex-presidente levanta una ceja de forma extraña hablano de talante. Ya nadie sabe donde está Zapatero, pero sí que recordamos sus 7 años de gobierno.

Y hablando de expresidentes, si hay alguien nefasto, alguien que nos ha hecho hervir la sangre como nadie, ese es Jose María Aznar. Si tu vuelves, nosotros echamos el resto.

Antes de despertarnos de esta pesadilla, pasamos un momento por Israel… es el futuro, la ultraderecha desapareció hace décadas del parlamento. Netanyahu y Sharon son historia. Solo podemos decir… qué bonito es Israel.

Unos días más tarde ya estamos mejor de la fiebre, pero aún nos quedan unas decimillas de populismo. Dios aprieta, pero no ahoga.