Esta semana reflexionamos sobre el papel de la policía en la sociedad actual, al hilo de la publicación del libro «La Policía, un análisis crítico» del Colectivo La Plebe. Nos acompañan en el estudio Héctor C. García y Alfredo Olmeda, de la editorial La Neurosis o las Barricadas.
La Policía es una de las instituciones que más claramente representan al poder establecido. Son los más claros y duros defensores de los intereses y del orden que promulga el poder político y económico. Tradicionalmente han sido percibidos como un cuerpo de oposición a las clases populares y trabajadoras, que solían mofarse de la policía, hacer chascarrillos acerca de la poca intelectualidad de sus miembros y ningunear su papel de protección por entender que servían, y sirven, a los intereses de los poderosos, no de los trabajadores. Sin embargo, en las últimas décadas esa visión beligerante de las clases populares hacia los cuerpos de seguridad, y especialmente hacia la Policía, se ha transformado sensiblemente. Hemos sido testigos de como la Policía ha ido ganando terreno en la vida pública sustituyendo papeles de cercanía que anteriormente no les correspondían. Desde las series televisivas que ensalzan el trabajo del policía y normalizan sus actuaciones, hasta los portavoces policiales que vemos a diario en los telediarios explicando con todo lujo de detalles como se ataja la criminalidad y tecnificando las actuaciones policiales poniendo nombres inverosímiles a sus operaciones, pasando por los community managers que manejan las cuentas del cuerpo de policía con lenguaje enrollado o los policías que van a colegios e institutos a hablar de educación vial, seguridad en redes sociales o cualquier otra excusa para lucir uniforme ante la muchachada.
¿Verdaderamente es necesario el discurso de un policía para que aprendamos a proteger nuestra privacidad en las redes? Todo este comportamiento no es azaroso. Transmitir cercanía y esa sensación de que se vigila el entorno por nuestra seguridad instala en muchas personas una «mentalidad policial» que desemboca en el actual discurso dominante sobre la seguridad y la necesidad de una sociedad más represiva. Pero, ¿represiva con quién? Al tiempo que se destruyen las relaciones de vecindad se reclama más vigilancia pública y privada en las urbanizaciones, los barrios y en un urbanismo que construye viviendas cada vez más cerradas sobre si mismas. Una garita aquí, un controlador 24 horas allá y el teléfono de la policía bien a mano por si aparece alguien sospechoso en una comunidad de vecinos en la que nadie conoce a nadie. El resultado es más policía en nuestros barrios imponiendo el orden. Un orden que no sirve a los intereses de quienes los habitan, sino de quienes los gobiernan. El perfecto caldo de cultivo para la gestación del racismo institucional, la represión a todo tipo de minorías y la saña contra cualquier forma de actuación que no cumpla con el orden impuesto, que en este caso nisiquiera tiene por qué coincidir con la ley.
Este escenario de legitimación de la policía y de incremento del control se produce al mismo tiempo que los policías se reivindican como un cuerpo aséptico de funcionarios, profesional y separado de criterios políticos, cercano a la población, pero ¿qué otro grupo funcionario ostenta el monopolio de la violencia legal? ¿cuál es la proporción de personas de extrema derecha en este cuerpo?
Para terminar el programa, una reflexión al hilo del libro sobre la Policía del Colectivo La Plebe: ¿es posible un mundo sin policía? ¿hay otros modelos de mantenimiento del orden no basados en lógicas punitivas? Preguntas sin una respuesta fácil, que no daremos en este texto. Os remitimos a la parte final del programa que publicamos aquí.
Por último os recordamos que en Barrio Canino hemos dedicado varios programas a temas similares que os invitamos a recuperar: en el programa 88 hablamos sobre «Represión policial a los mediactivistas», en el programa 104 montamos una charla abierta sobre «Brutalidad policial en el contexto de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana» y también un expecial sobre «Montajes policiales» en el programa 141.
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