Terminator dijo «volveré», así que nosotros nos lo hemos tomado a pecho y hemos decidido volver también.
Después de más de medio año sin hacer programa, hemos logrado juntar las energías, la furia y la mala babas suficientes como para volver a cabalgar la Decadencia, ese equino retrasado y maloliente que tanto nos hace de sudar y de reír.
Y qué mejor manera de volver que hacerlo en la octava edición del GFFF, festival de cine golfo de la ciudad de Vigo, la ciudad de las luces, la ciudad de la vergüenza, la ciudad en la que el poder político se dirime en la presidencia del Puerto de Vigo, esa máquina de mutilar trabajadores que no sale en las noticias, porque eh, ya no somos clase, ya no somos pueblo, ya no somos ni siquiera nación, ahora somos: ciu-da-da-nía, esa purrusalda repugnante compuesta de individuos herméticos que solo tienen un faro: su interés particular; y solo tienen un motivo para vivir: su propia vagancia; y solo tienen un destino: su propia descomposición.
El caso es que este año, de nuevo, se confirma la consolidación del GFFF como el evento de cine mamoncete y mamarracho de las rías baixas por excelencia. Y ahí hemos estado, molestando al personal, aprovechándonos de sus grifos de cerveza, y expandiendo la Decadencia como forma de vida y moral finicivilizatorias definitivas. ¡Y por muchos años más!