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Inicios de la música electrónica y experimental, juntas o separadas – Capítulo 14: Oskar Sala, Remi Gassmann, Harald Genzmer y +

31 julio 2019

Esta semana retomamos nuestro monográfico sobre inicios de la música electrónica y experimental, juntas o separadas, con Oskar Sala, físico alemán y  compositor que fue uno de los principales intérpretes del Trautonium, un predecesor del sintetizador, al que realizó mejoras y modificaciones a lo largo de toda su vida.

En 1929 se mudó a Berlín para completar sus estudios de piano y estudiar composición en la Berliner Musikhochschule bajo la tutela del compositor y violinista Paul Hindemith.

En su primer año de estudios, Sala quedó fascinado por los experimentos que el ingeniero acústico Friedrich Trautwein estaba realizando en el laboratorio de experimentación radiofónica de la escuela con un nuevo instrumento electrónico, el Trautonium, que venía desarrollando desde 1928 a propuesta de Hindemith.

Este recomendó a Sala como ayudante de Trautwein y comenzaron a trabajar juntos.

Consciente de que para desarrollar plenamente las posibilidades del Trautonium, además de la técnica interpretativa se requería de conocimientos científicos, Sala comienza a estudiar física.

En 1935, y como encargo oficial de la Radio del Reich, Sala crea el Radio-Trautonium en el laboratorio radiofónico de la Musikhochschule mediante modificaciones y añadidos del Trautonium original. Sala tomaría parte con su nuevo instrumento en numerosos programas de radio, incluso realizaría una serie de programas íntegramente musicales entre 1938 y 1939 bajo el título de Musik auf dem Trautonium para la radio oficial Deutschlandsender, en los que interpretaba arreglos de clásicos acompañado de un pianista.

Financiado por el Reichmusikkammer, Sala construye en 1938 una variación más ligera y compacta del Radio-Trautonium, pensada para conciertos llamada Konzerttrautonium,

Entre 1940 y 1944 Oskar Sala realizó más de cincuenta actuaciones por toda Europa con el Konzerttrautonium, tras lo cual el instrumento adquirió la reputación de «versátil instrumento solista de concierto».

Su actividad fue interrumpida bruscamente al ser llamado a filas en 1944 y enviado al Frente Oriental en la Segunda Guerra Mundial.

Tras el fin de la segunda guerra mundial Oskar Sala comenzó a trabajar en el Mixtur-Trautonium, un instrumento que supondría la culminación del trabajo que venía desarrollando desde los años 30.  Con la financiación de 25.000 marcos de los fondos del Plan Marshall para la promoción para proyectos individuales, Sala pudo costear los materiales y la construcción del nuevo instrumento

El Mixtur-Trautonium se convertiría en uno de los instrumentos más singulares y con un sonido más denso que ha habido a lo largo de la historia de la música electrónica.

Con el instrumento que siempre soñó entre sus manos, y siendo consciente de que para la supervivencia del mismo era necesario crear un repertorio, Oskar Sala abordó de una manera más decidida su carrera como compositor.

A pesar del uso inicial del Mixtur-Trautonium como instrumento solista de concierto, Oskar Sala lo reorientó a lo largo de la década de los 50 con gran éxito al campo de las bandas sonoras para el cine y la televisión, haciendo del instrumento un auténtico estudio de sonido.

Su primer trabajo para el cine fue en 1930 en el que Sala usa el primer prototipo de Trautonium para imitar el sonido del motor de un avión en una escena del filme.

En 1943 volvió a trabajar en el medio cinematográfico en el cortometraje de dibujos animados Armer Hansi , estrenado en medio de la guerra, y cuya partitura musical y efectos sonoros fueron compuestos por Sala con su Konzerttrautonium. Escuchamos a continuación un extracto.

Al inicio de su carrera como compositor para el cine a finales de los años 50, y aunque pueda parecer extraño,  Oskar Sala todavía no había publicado ningún LP con su música. Hasta entonces el Mixturtrautonium sólo se había escuchado en directo y en las bandas sonoras de algunas obras de teatro y films de diversa índole, pero no existía ninguna grabación comercial en formato discográfico.

En 1959, el compositor, crítico, educador y pianista estadounidense y otro pionero de la música electrónica Remi Gassmann, antiguo compañero de estudios de Sala en Berlín , fue comisionado por el Ballet de la Ópera de Berlín Occidental para crear la música del ballet contemporáneo Paean de la coreógrafa rusa Tatjana Gsovsky.

Gassmann, que se sentía muy atraído por las cualidades tonales del Trautonium y las grandes posibilidades técnicas que proporcionaba el nuevo estudio berlinés del músico, embarcó a su viejo amigo en el proceso de creación del que iba a convertirse en uno de los primeros ballets basados en una pieza de música electrónica. Sin embargo, la coreografía, que representaba el ciclo de la vida del ser humano, se estrenó en 1960 sin demasiado éxito.

No obstante la colaboración entre Gassmann y Sala daría sus frutos al otro lado del Atlántico unos meses más tarde. El célebre coreógrafo George Balanchine había adaptado la música de Gassmann para Paean en su propia coreografía titulada Electronics. La obra, que estaba producida por el New York City Ballet, fue presentada con éxito en Nueva York el 22 de marzo de 1961 con la francesa Violette Verdy como bailarina principal.

El trabajo de Gassmann y Sala en el ballet sería la excusa ideal para producir un elepé demostrando la capacidad del nuevo estudio del músico. El álbum resultante, bajo el título genérico de Electronics fue publicado por el sello estadounidense de música clásica Westminster en 1961.  El LP incluía en su cara A la pieza de Gassmann «Electronics», completamente interpretada por Oskar Sala con el Mixturtrautonium y el auxilio de la grabadora. Este tema estaba dividido en once cortas secuencias desarrolladas de un modo continuo en las que tienen lugar momentos rítmicos y embriagadoramente melódicos hasta fragmentos más experimentales, que en conjunto suponen un fascinante viaje a través de las posibilidades tonales del instrumento. Escuchamos un extracto.

Por su parte la cara B se componía de una serie de bocetos musicales improvisados creados por Sala con el nombre de «Five Improvisations On Magnetic Tape». Escuchamos un extracto.

Gracias a Balanchine y la representación estadounidense de Electronics, Gassmann entró en contacto con miembros del equipo de producción del director británico Alfred Hitchcock, que le comentaron que éste estaba muy irritado porque ninguno de sus colaboradores encontraba la acústica adecuada para recrear los graznidos de ave de su nuevo proyecto cinematográfico que se iba a titular The Birds (Los Pájaros). Lo habían intentado sin resultados satisfactorios con grabaciones de campo de todo tipo de aves, pero Hitchcock necesitaba un sonido fuera de lo común que produjera terror en los espectadores. Gassmann, sabedor de la capacidad del Mixturtrautonium recomendó a Sala para dicha labor.

El único problema existente era que Sala en ningún caso se podía trasladar a Hollywood con el Mixturtrautonium,  su transporte era una tarea extremadamente delicada y el más mínimo accidente podía poner en riesgo el principal sustento económico del músico y Gassmann conocedor de este inconveniente convenció a Hitchcock para que le encargase el trabajo, mientras él ejercería como su agente entre Hollywood y Berlín, al tiempo que controlaría el proceso.

Tras el visto bueno del realizador, Gassmann regresó a Berlín con una secuencia de prueba para que Oskar Sala la sonorizara con su instrumento.

Una vez tuvo concluida la sonorización de esta escena, Gassmann regresó a Estados Unidos con el fragmento de prueba. La reacción de Hitchcock no se hizo esperar, y dos semanas más tarde le avisaron de que le enviaban la película entera.

En diciembre de 1961, una vez hubo finalizado su trabajo de sonorización, Sala recibió en su estudio berlinés en Mars Film la visita del gran  Bernard Herrmann -que para este proyecto ejercería como consultor de sonido ante la ausencia de una banda sonora incidental- de Remi Gassmann y del propio Alfred Hitchcock. En el estudio principal de mezclas vieron la película con los efectos sonoros creados por Oskar Sala, y Hitchcock dio el visto bueno al resultado. El realizador había dado por fin con los graznidos de cuervo y gaviota que necesitaba.

Escuchamos a continuación un extracto de esta banda sonora

El éxito de Los Pájaros del año 1962 repercutió de manera positiva en la carrera de Oskar Sala, que a partir de entonces obtuvo un cierto reconocimiento internacional, que le reportó algunos encargos en su país en películas de misterio y terror de serie B entre otras cosas.

A lo largo de su dilatada trayectoria como músico y diseñador sonoro para el cine, seguramente la relación más fructífera que estableció Sala fue con su amigo, el director y productor Manfred Durniok. De hecho, el tándem creativo Durniok-Sala se extendería a lo largo de cinco décadas y más de sesenta obras en común de todos los géneros y estilos, de las cuales al menos quince fueron films sin diálogos, sólo compuestos por imágenes en movimiento (a menudo a cámara lenta), y música.

De todas las que realizaron juntas escuchamos su particular visión de New York con una obra titulada  74° westlich, 41° nördlich – New York del año 1966.

La década de los 60 fue una época próspera para Oskar Sala en la que consiguió ganarse bien la vida y al mismo tiempo obtener cierto reconocimiento por su trabajo. Sin embargo con la llegada de los 70 vendrían tiempos difíciles.

Aunque Sala continuaría con su labor como compositor para cine, radio y televisión, y ofrecería de manera muy ocasional algún concierto, la realidad es que el número de encargos descendió de manera notable. Los proyectos cinematográficos de amigos como el director y productor Manfred Durniok continuaron llegando a su estudio con cierta regularidad, pero se hacía evidente que los buenos tiempos ya habían quedado atrás y los réditos que había conseguido el músico en los años 60 ya no volverían a repetirse.

Ciertamente fue un período difícil para el músico de Greiz, una etapa de su vida de la que jamás le gustó hablar y en la que una parte de su sustento económico y el de su esposa Käte provino de los ahorros de su época de bonanza en los años 60. Los motivos del drástico cambio en la situación eran obvios.

La aparición de los primeros sintetizadores comerciales, así como su popularización a lo largo de la década de los 70 en el campo de las bandas sonoras cinematográficas supuso un duro golpe.

Sala ya no era el único que disponía de un instrumento electrónico capaz de aportar sonoridades nuevas casi al instante. En este sentido un Moog podía ser tan bueno como un Mixturtrautonium para recrear efectos sonoros y la competencia comenzaba a abundar en todos los géneros cinematográficos, en especial los que se manejaban con bajos presupuestos, como los que había abordado Oskar Sala, es decir, el cine documental, las películas industriales y las películas de terror o misterio.

Por si fuera poco, la rápida evolución tecnológica experimentada por los sintetizadores durante toda la década no hizo más que relegar al Trautonium hasta convertirlo en una especie de reliquia de otro tiempo.

Por otra parte, el desdén de las ‘vanguardias oficiales’ de Colonia o Múnich hacia la obra de Sala y el papel anecdótico que varios autores le atribuyeron en su contribución a la historia de la música electrónica, también le hicieron un flaco favor. Si a ello se le suma que desde comienzos de los 60 el Mixturtrautonium rara vez se veía en una sala de concierto, manteniéndose lejos del escrutinio público, es lógico que todos estos factores sumieran al músico en el más completo de los olvidos.

Oskar Sala era un compositor electrónico que entendía su arte a su manera, totalmente ajeno a cualquier movimiento musical o escuela y siempre se enorgulleció de su independencia. No obstante, se encontró ante una tesitura insólita en la que no encajaba ni en la vertiente popular de la música electrónica, que desconocía por completo su existencia, ni tampoco en la más académica, que lo ignoraba o lo consideraba un anacronismo.

Sin embargo, como otras veces en el pasado, Sala volvía a estar solo, pero a pesar de las dificultades, no se amedrentó. Él era el único valedor del Mixturtrautonium y debía seguir adelante con su rutina diaria en su estudio en Mars-Film donde trabajaba largas horas creando nuevos mundos sonoros en una de las escasas salidas que le quedaban para sus composiciones: las grabaciones discográficas.

Durante las décadas de los 70 y 80 Oskar Sala publicó varios elepés en los que se incluyen algunas de las obras más importantes para Mixturtrautonium, la mayor parte de ellas piezas históricas para el instrumento que fueron grabadas por vez primera, y en otras ocasiones composiciones nuevas pensadas para su edición discográfica.

El primero de esos trabajos fue Electronic Virtuosity de 1970 también conocido como Resonanzen en su reedición en CD de 1994, que sería el primer álbum firmado en solitario por Oskar Sala.  El músico investigó las diversas posibilidades de la percusión electrónica del Mixturtrautonium en el entorno de una grabación multipistas. Escuchamos un extracto

En 1972 Sala firmaría a dúo con su amigo Harald Genzmer Électronique Et Stéréophonie: Musique Spatiale publicado por el sello francés de música clásica Erato.  De este álbum nos ha llamado mucho la atención su cara B,  presidida por dos obras de Genzmer, especialmente la primera en la que resulta interesante comprobar el inusual acompañamiento subarmónico que lleva a cabo el Mixturtrautonium a la voz en alemán de la soprano Edith Urbanczyk. Lo escuchamos.

Pasarían siete años hasta que la división discográfica de la compañía Telefunken publicase Elektronische Impressionen, álbum grabado en 1978 en el estudio privado de Oskar Sala en Mars-Film.

Probablemente nos encontramos ante una de las obras clave en la carrera del músico de Greiz, una composición para cinta magnética de corte impresionista y un fuerte talante experimental que revela las intenciones de Sala de explorar nuevos mundos sonoros de llevar el Mixturtrautonium un paso más allá.  En 1998 el sello Erdenklang especializado en música electrónica y electroacústica llevaría a cabo la ansiada reedición de este elepé en disco compacto con una nueva portada, piezas adicionales y un completo libreto. Escuchamos un extracto

En 1986 se publicó el LP Trautonium Konzerte de Harald Genzmer, que recogía dos piezas históricas para Trautonium con Oskar Sala como músico solista. En la cara A se encontraba una pieza del año 1938 interpretada junto a la Orquesta Filarmónica de Bremen en una grabación de Radio Bremen de enero de 1950.

La cara B del elepé está integrada por «Konzert Für Mixtur-Trautonium und Großes Orchester» de 1952, representada por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Stuttgart  y registrada en febrero de 1958.  Escuchamos a continuacion un extracto de la cara b de este álbum. 

Terminamos este mini-monográfico dedicado a Oskar Sala con una pieza inspirada en su experiencia bélica en la segunda guerra mundial. Se trata de «Chaconne Électronique» (incluida en su álbum de 1997 Subharmonische Mixturen), en la que Sala recrea con gran dramatismo el caos y la destrucción vivida, a través de trazos violentos con el control manual de su Trautonium dibujando sonidos inconexos, anárquicos, propios de un apocalipsis.

En la locuciones estuvo Susana Sánchez y en la selección musical, edición y control de sonido César Pradíes. Hasta el próximo capítulo.